domingo, 3 de junio de 2007

Descaradas trivialidades

Hace mucho tiempo que no voy a misa, y no me siento mal por ello. A mi abuela le gustaría que fuera los domingos con ella, pero aunque no haya tenido ni el más mínimo intento de acompañarla ni siquiera a la puerta de la iglesia, ella me sigue queriendo con el mismo entusiasmo, y no deja de prepararme esos platos ricos que preparan las abuelas a sus nietos. La última vez que fui a una iglesia sería en alguna boda de esos amigos de la infancia que se casan y que te invitan a su boda porque parece que los amigos de la infancia son mucho más importantes que cualquier otro amigo. Cuando terminan estas bodas te despides con esos besos grandes que se dan en las despedidas de bodas de los amigos de la infancia a los que solo ves en las bodas de otros amigos de la infancia. Y eso, sí, ya quedaremos para ver tu casa y los posados de tu boda y las milquinientas fotos de tu maravilloso viaje al caribe con todoincluido en el mejor hotel del mundo y me cago en la puta mierda de las cámaras digitales que parece que si no has hecho 1millón de fotos no te lo has pasado bien, y las tienen que enseñar, joder, que parece que si no lo hacen es como si no lo hubieran vivido. En fin, que yo me alegro mucho que cada uno viaje donde quiera y que haga las fotos que quiera y que viva como quiera, pero que dejen de dar el coñazo a los demás porque sus vidas son casi tan aburridas como la mía. Es como esos tíos que se hacen uno de esos putos blogs para contar sus vidas, como si tuvieran algo importante que contar, y ponen fotos estúpidas de sus noches de borrachera y las acompañan con textos estúpidos. En fin, descaradas trivialidades. Pero son mucho peor esos poetas multisensibles, llorones, que se inventan escritores de la literatura yugoslava de primeros de siglo en las conversaciones con otros poetas multisensibles para parecer mucho más llorón de lo que muestra su blog de borracheras estúpidas.

Y, creo, que a todos nos da igual la vida de la gente que nos rodea, y que nos preocupamos más por los guisos de la abuela que en la propia abuela, por el color de la corbata que llevaremos a la boda de esos amigos de la infancia en el que lo único que tenemos en común es que nuestros padres tuvieron que irse a Móstoles a vivir porque no había pasta para más; y las fotos de los viajes de los demás son interminables, y las borracheras de los vecinos son vulgares, y los poetas unos aburridos. Y nosotros, siempre siempre, el ombligo del mundo, por eso nos hacemos un blog y sentimos la necesidad de contar nuestra vida, como si a alguien le importara.

9 comentarios:

d dijo...

Chapó

Anónimo dijo...

¡Pues sí que te has dado cuenta de cosas! Y verdad todo.

Violeta dijo...

..en fin, el egocentrismo es un pecadillo ...benial (de esos que dicen.. Esperemos ;)

Anónimo dijo...

ya

las bodas me atacan los nervios
y es cierto que se hacen demasiadas fotos
y que a la awela no la hacemos suficiente caso
y que nos damos demasiada importancia

y que no somos tan importantes

y que nocilla

Anónimo dijo...

Además qué largas se hacen las putas bodas, interminables. Y uno con un dolor de zapatos nuevos. Todo un ritual digno de estudio, como el de los que hacen un blog, o escriben poemas a lo escritor yugoslavo.

Gloria dijo...

Eso pasa por ponerte zapatos nuevos.

Jo, ahora me da cosa poner fotos y contar nada...

Anónimo dijo...

deberias hacerte un blog de esos para contar todas estas cosas....

Anónimo dijo...

Marcus ¿has probado a partirle la cara a tu conciencia? o en su caso ¿proceder a un asesinato selectivo con un solo objeto selectivo?. Mala pécora de conciencia tienes.

Marcus dijo...

creo q mi blog ya tiene bastante basura como para meter más información de mi vida (incluso creo q hay más de mi vida de lo que yo mismo puedo imaginar).

Conciencia, recuerdas q carlus me decía: "no te sientas obligado a compartir todo con nosotros" ???

soy yo con mis descaradas trivialidades. solo yo, ante ellas. las que más odio.

besos