miércoles, 9 de julio de 2008

solo con el corazón se puede ver con claridad, lo esencial es invisible a los ojos

Tendemos a complicar la vida, a invertir las formas más sencillas. Hemos dejado de mirarnos a los ojos, hemos dejado de sentir. Hablo de las personas, así en general. Hoy me pesa el corazón, posiblemente sea culpa de esta estúpida resaca. Baobab es una palabra que me encanta, por todos esos significados y sinónimos que he adoptado a esta palabra que no es si siquiera de nuestro idioma. Me encanta sentir. Sentirme persona. Llorar. Leer un libro que me haga pensar. Doblar la ropa mientras escucho música brasileña. Creo que ayer, cuando llegué a casa, me quejé de los ruidos de los vecinos. Pero que injusto soy. Creo que no soy perfecto. Ni que tengo 25 años. Pero ustedes sigan el juego, que a mi me hace gracia. Me encantan los regalos, las sorpresas, los miaus de mi gata por la mañana. No lo voy a negar, también me gustan las mujeres, no todas, pero si muchas. Pero esto es algo a lo que no debemos dar demasiada importancia. He sufrido mucho en la vida, no más que los demás, de eso estoy seguro, pero a mi me duele lo mío. Cuando me separé de Ana me sentí un traidor. Todavía. Y creo que eso lo voy a arrastrar toda la vida. He aprendido a vivir con esto. Ahora soy feliz. Y le debo menos traiciones a la vida. Lo intento. Y, por momentos, lo consigo.


Damos muy pocos besos. Te habría dado más besos. Y no te habría gustado. No eran necesarios, pero yo te habría dado todos los besos. No suelo mirar el pasado, ahora lo estoy haciendo. Mirar el pasado asusta. También ahoga. Antes no me pasaba. Prefiero mirar el futuro, y puede que sea una tontería, porque es posible que nunca llegue al futuro. Que nunca avance el presente. Que nunca pase del presente. Me apetece una cerveza bien fría. Pero una cerveza rica, no como esa mierda que tengo en el frigorífico. También creo que trabajo demasiado. Es la cosa de las etapas nuevas. Espero. Yo trabajo poniendo colores al papel. Invirtiendo las formas más sencillas. Tendencias. En Cuba me preguntaron para que servía mi trabajo. "Para nada". Pero lo sigo haciendo. Dentro de lo malo no puedo quejarme. Algunas mañanas, mi habitación es azul. Es por tus ojos. Algunas mañanas me quedo dormido y llego tarde al trabajo. Yo diría que esto pasa todas las mañanas. Menos los sábados y domingos, que me quedo dormido igualmente, pero luego no voy al trabajo. Supongo que como mucha gente. El principito me ha cambiado la vida. Dos veces. Y no sé como hacer para darle las gracias. Me han dicho que el principito no existe. Pero yo creo que es mentira. Yo creo que existe, y que vive dentro de mi corazón, de mi tonto corazón baobab. Yo creo que el principito es el niño más bonito del mundo. Y tengo suerte de que viva dentro de mi corazón. Sí, mucha suerte. Muchas noches. Mi corazón es azul. Es por tus ojos. Y es así como ha cambiado mi vida. sí. mi vida ahora es así. Como ensaladas. Bebo cerveza. Leo en el metro. Pienso. Existo. Disfruto. Me rio. Sonrio, y se me forman arrugas en la cara. Porque no tengo 25 años. Lo prometo. Veo el mundo de color azul. Y, esto, también es por tus ojos.

9 comentarios:

Gloria dijo...

Quiero mandarte un beso muy grande aliñao con un abrazo.

Yo sí tengo 25 años, pero también es edad para mirar al pasado y ver mucho, no creas.

Anónimo dijo...

me gusta que tengas el mundo azul, aunque no lo haya visto.

me gustan tus agujas en el corazón y tus colores en el papel, y todo eso sí sirve para algo.

sirve para todo. es que es lo único que sirve.

azul-abrazo.

Anónimo dijo...

«Las cosas de las que más se habla son las que menos existen. La ebriedad, el goce, existen.»

A. Schnitzler, La ronde

Mul dijo...

Sin duda esos ojos azules provocan esto y mucho mas!!!

Oye, te leo muy positivo... Nos sonrie la vida o q? ;-)

U.B dijo...

Chssssssssssssssss, que lleva lentillas de color pero no te lo quiere contar...

Anónimo dijo...

- Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si guieres hacer un amigo ¡domestícame!
-¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.
-Hay que ser paciente - respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca...

Al día siguiente volvió el principito.

- Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro-. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Los ritos son necesarios...

Buenas noches, Versus.

Maica

Kebran dijo...

hola MARCUS
ESPERO QUE TU VIDA SEA VENTUROSA
(la mía no lo es tanto)
pero si, EL PRINCIPITO es un libro vital, fundamental, eterno
un abrazo muiy fuerte
el kebran

Loyds dijo...

buen texto mi amigo
creame q sé d lo q habla
abrazo d gol del aleti

isabel dijo...

teqiero