martes, 2 de enero de 2007

Viento denso y espeso

Cuando una gota de agua
se posa en el mar,
solo es una gota más.
Pero la gota se convierte en plomo
y se precipita hacia el fondo.

El viento sopla bajo inflexión, sin dirección, bajo sospecha,
de perder todo lo que tengo,
de saber que nada es oro y que solo reluce el plomo.

Solo soy yo frente al mundo;
excepto cuando no estoy yo, que solo está el mundo.

Y es aquí cuando llueve,
cuando estoy ausente,
ausente de la vida,
de los sentimientos, y de los que no son sentidos.

Viento
que sopla, que sopla.
Y yo con un paraguas (siempre muy poco apropiado).

"¿Y qué más da?" me pregunto,
"si estoy solo frente al mundo".
Yo lucho contra mi,
y consigo el más invencible de los ejércitos enemigos.

Miedo me doy, cuanto menos.

Y sé que mañana tendré viento, huracán y tornado.
Lluvias, torrenciales lluvias.



¿Cómo surgió este denso y espeso poema?
De las lluvias, de los vientos,
de los malos momentos.
Esos de los que siempre me lamento.


[ Versión corregida del poema que apareció en su día en Pangea ]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo soy yo frente al mundo;
excepto cuando no estoy yo, que solo está el mundo.


(palmadas)

-espero verte esta noche-
Un verso guapo

Anónimo dijo...

el oro no me gusta nada
pero me encanta cómo reluce tu plomo

1bokao